William Shakespeare

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    Información biográfica

  1. A un día de verano compararte (Trad. de Manuel Mújica Láinez)
  2. Como actor vacilante en el proscenio (Trad. de Manuel Mújica Láinez)
  3. Cómo puede buscar temas mi Musa (Trad. de Manuel Mújica Láinez)
  4. Como un padre decrépito disfruta (Trad. de Manuel Mújica Láinez)
  5. Cuando asedien tu faz cuarenta inviernos (Trad. de Manuel Mújica Láinez)
  6. Cuando en las crónicas de tiempos idos (Trad. de Manuel Mújica Láinez)
  7. Cuando haya muerto, llórame tan sólo (Trad. de Manuel Mújica Láinez)
  8. Cuando hombres y Fortuna me abandonan (Trad. de Manuel Mújica Láinez)
  9. Cuando pienso que todo lo que crece (Trad. de Manuel Mújica Láinez)
  10. De los hermosos el retoño ansiamos (Trad. de Manuel Mújica Láinez)
  11. Déjame confesar que somos dos (Trad. de Manuel Mújica Láinez)
  12. Derrochador de encanto, por qué gastas (Trad. de Manuel Mújica Láinez)
  13. El pecado de amarme se apodera (Trad. de Manuel Mújica Láinez)
  14. El soliloquio de Hamlet (Trad. de Rafael Pombo)
  15. Extenuado, hacia el lecho me apresuro (Trad. de Manuel Mújica Láinez)
  16. He visto a la mañana en plena gloria (Trad. de Manuel Mújica Láinez)
  17. Las horas que gentiles compusieron (Trad. de Manuel Mújica Láinez)
  18. Los corazones que supuse muertos (Trad. de Manuel Mújica Láinez)
  19. Mella, Tiempo voraz, del león las garras (Trad. de Manuel Mújica Láinez)
  20. Mi amor es una fiebre que incesante (Trad. de Rafael Pombo)
  21. Mira a tu espejo, y a tu rostro dile (Trad. de Manuel Mújica Láinez)
  22. No creeré en mi vejez, ante el espejo (Trad. de Manuel Mújica Láinez)
  23. No dejes, pues, sin destilar tu savia (Trad. de Manuel Mújica Láinez)
  24. No me sucede lo que a aquel poeta (Trad. de Manuel Mújica Láinez)
  25. No, no aparta a dos almas amadoras (Trad. de Miguel Antonio Caro)
  26. No te acongojes más por lo que has hecho (Trad. de Manuel Mújica Láinez)
  27. Pobre alma, centro de culpable limo (Trad. de Manuel Mújica Láinez)
  28. Por qué me prometiste un día hermoso (Trad. de Manuel Mújica Láinez)
  29. Pintado por Natura el rostro tienes (Trad. de Manuel Mújica Láinez)
  30. Pintores son mis ojos: te fijaron (Trad. de Manuel Mújica Láinez)
  31. Que los favorecidos por los astros (Trad. de Manuel Mújica Láinez)
  32. Quién creerá en el futuro a mis poemas (Trad. de Manuel Mújica Láinez)
  33. Señor del amor mío, cuyo mérito (Trad. de Manuel Mújica Láinez)
  34. Si a mis días colmados sobrevives (Trad. de Manuel Mújica Láinez)
  35. Si la muerte domina al poderío (Trad. de Manuel Mújica Láinez)
  36. Tiempo, no has de jactarte de mis cambios (Trad. de Manuel Mújica Láinez)
  37. Tu capricho y tu edad, según se mire (Trad. de Manuel Mújica Láinez)
  38. Tu pecho está cargado con todos los corazones (Trad. de Manuel Mújica Láinez)
  39. Unos se vanaglorian de la estirpe (Trad. de Manuel Mújica Láinez)
  40. Ve si en oriente la graciosa luz (Trad. de Manuel Mújica Láinez)
  41. Y por qué no es tu guerra más pujante (Trad. de Manuel Mújica Láinez)


Información biográfica
    Nombre: William Shakespeare
    Lugar y fecha nacimiento: Stratford-upon-Avon, Inglaterra, c. 26 de abril de 1564
    Lugar y fecha defunción: Stratford-upon-Avon, Inglaterra, 23 de abril de 1616 (51 años)
    Ocupación: Actor, escritor, dramaturgo, poeta
    Movimiento: Teatro isabelino, Romanticismo
Conocido como el Bardo, Shakespeare es considerado el escritor más importante en lengua inglesa y uno de los más célebres de la literatura universal. La profecía de uno de sus grandes contemporáneos, Ben Jonson, se ha cumplido por tanto: "Shakespeare no pertenece a una sola época sino a la eternidad".

Obras notables suyas son: Hamlet, Romeo y Julieta, Como gustéis, Macbeth, El sueño de una noche de verano, Sonetos, La fierecilla domada, Los dos hidalgos de Verona, El mercader de Venecia, Mucho ruido y pocas nueces, Las alegres comadres de Windsor, Noche de reyes, A buen fin no hay mal tiempo, Medida por medida, Tito Andrónico, Julio César, Otelo, El rey Lear, Antonio y Cleopatra, Timón de Atenas, Troilo y Crésida, Cimbelino, Pericles, príncipe de Tiro, La tempestad, Los dos nobles caballeros, etc.

Fuente: [William Shakespeare] en Wikipedia.org

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    A un día de verano compararte
      (Traducción de Manuel Mújica Láinez)

      ¿A un día de verano compararte?
      Más hermosura y suavidad posees.
      Tiembla el brote de mayo bajo el viento
      Y el estío no dura casi nada.

      A veces demasiado brilla el ojo
      Solar y otras su tez de oro se apaga;
      Toda belleza alguna vez declina,
      Ajada por la suerte o por el tiempo.

      Pero eterno será el verano tuyo.
      No perderás la gracia, ni la Muerte
      Se jactará de ensombrecer tus pasos
      Cuando crezcas en versos inmortales.

      Vivirás mientras alguien vea y sienta
      Y esto pueda vivir y te dé vida.
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    Como actor vacilante en el proscenio
      (Traducción de Manuel Mújica Láinez)

      Como actor vacilante en el proscenio
      Que temeroso su papel confunde,
      O como el poseído por la ira
      Que desfallece por su propio exceso,

      Así yo, desconfiando de mí mismo,
      Callo en la ceremonia enamorada,
      Y se diría que mi amor decae
      Cuando lo agobia la amorosa fuerza.

      Deja que la elocuencia de mis libros,
      Sin voz, transmita el habla de mi pecho
      Que pide amor y busca recompensa,
      Más que otra lengua de expresivo alcance.

      Del mudo amor aprende a leer lo escrito,
      Que oír con ojos es amante astucia.
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    Cómo puede buscar temas mi Musa
      (Traducción de Manuel Mújica Láinez)

      ¿Cómo puede buscar temas mi Musa
      Mientras tú alientas, que a mi verso infundes
      Tu dulce inspiración, harto preciosa
      Para exponerla en un papel grosero?

      Agradécete a ti, si algo de mi obra
      Digno de leerse encuentra tu mirada:
      ¿Quién tan mudo será que no te escriba
      Cuando tu luz aclara lo que inventa?

      Sé la décima Musa y sé diez veces
      Mejor que las antiguas invocadas,
      Y otorga a quien te invoque eternos versos
      Que sobrevivan a lejanos siglos.

      Si al futuro censor mi Musa encanta,
      Mía será la pena y tuyo el lauro.
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    Como un padre decrépito disfruta
      (Traducción de Manuel Mújica Láinez)

      Como un padre decrépito disfruta
      Al ver de su hijo las empresas jóvenes,
      Así yo, mutilado por la suerte,
      En tu lealtad y mérito me afirmo.

      Pues sea la hermosura o el linaje,
      El poder o el ingenio, uno o todos,
      Quien te corone con mejores títulos,
      Yo incorporo mi amor a esa riqueza.

      Ni pobre ni ofendido soy, ni inválido,
      Que basta la substancia de tu sombra
      Para colmarme a mí con su opulencia,
      Y de una parte de tu gloria vivo.

      Busca, pues, lo mejor: te lo deseo;
      Seré feliz diez veces, si lo hallas.
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    Cuando asedien tu faz cuarenta inviernos
      (Traducción de Manuel Mújica Láinez)

      Cuando asedien tu faz cuarenta inviernos
      Y ahonden surcos en tu prado hermoso,
      Tu juventud, altiva vestidura,
      Será un andrajo que no mira nadie.

      Y si por tu belleza preguntaran,
      Tesoro de tu tiempo apasionado,
      Decir que yace en tus sumidos ojos
      Dará motivo a escarnios o falsías.

      ¡Cuánto más te alabaran en su empleo
      Si respondieras : -"Este grácil hijo
      Mi deuda salda y mi vejez excusa",
      Pues su beldad sería tu legado!

      Pudieras, renaciendo en la vejez,
      Ver cálida tu sangre que se enfría.
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    Cuando en las crónicas de tiempos idos
      (Traducción de Manuel Mújica Láinez)

      Cuando en las crónicas de tiempos idos
      Veo que a los hermosos se describe
      Y a la Belleza embellecer la rima
      Que elogia a damas y señores muertos,

      Observo que al pintar de sus dechados
      La mano, el labio, el pie, la frente, el ojo,
      Trataba de expresar la pluma arcaica
      Una belleza como la que tienes.

      Así, sus alabanzas son presagios
      De nuestro tiempo, que te prefiguran,
      Y pues no hacían más que adivinarte,
      No podían cantarte cual mereces.

      En cuanto a aquellos que te contemplamos
      Con absorta mirada, estamos mudos.
    Arriba

    Cuando haya muerto, llórame tan sólo
      (Traducción de Manuel Mújica Láinez)

      Cuando haya muerto, llórame tan sólo
      Mientras escuches la campana triste,
      Anunciadora al mundo de mi fuga
      Del mundo vil hacia el gusano infame.

      Y no evoques, si lees esta rima,
      La mano que la escribe, pues te quiero
      Tanto que hasta tu olvido prefiriera
      A saber que te amarga mi memoria.

      Pero si acaso miras estos versos
      Cuando del barro nada me separe,
      Ni siquiera mi pobre nombre digas
      Y que tu amor conmigo se marchite,

      Para que el sabio en tu llorar no indague
      Y se burle de ti por el ausente.
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    Cuando hombres y Fortuna me abandonan
      (Traducción de Manuel Mújica Láinez)

      Cuando hombres y Fortuna me abandonan,
      Lloro en la soledad de mi destierro,
      Y al cielo sordo con mis quejas canso
      Y maldigo al mirar mi desventura,

      Soñando ser más rico de esperanza,
      Bello como éste, como aquél rodeado,
      Deseando el arte de uno, el poder de otro,
      Insatisfecho con lo que me queda;

      A pesar de que casi me desprecio,
      Pienso en ti y soy feliz y mi alma entonces,
      Como al amanecer la alondra, se alza
      De la tierra sombría y canta al cielo:

      Pues recordar tu amor es tal fortuna
      Que no cambio mi estado con los reyes.
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    Cuando pienso que todo lo que crece
      (Traducción de Manuel Mújica Láinez)

      Cuando pienso que todo lo que crece
      Su perfección conserva un mero instante;
      Que las funciones de este gran proscenio
      Se dan bajo la influencia de los astros;

      Y que el hombre florece como planta
      A quien el mismo cielo alienta y rinde,
      Primero ufano y abatido luego,
      Hasta que su esplendor nadie recuerda:

      La idea de una estada tan fugaz
      A mis ojos te muestra más vibrante,
      Mientras que Tiempo y Decadencia traman
      Mudar tu joven día en noche sórdida.

      Y, por tu amor guerreando con el Tiempo,
      Si él te roba, te injerto nueva vida.
    Arriba

    De los hermosos el retoño ansiamos
      (Traducción de Manuel Mújica Láinez)

      De los hermosos el retoño ansiamos
      Para que su rosal no muera nunca,
      Pues cuando el tiempo su esplendor marchite
      Guardará su memoria su heredero.

      Pero tú, que tus propios ojos amas,
      Para nutrir la luz, tu esencia quemas
      Y hambre produces en donde hay hartura,
      Demasiado cruel y hostil contigo.

      Tú que eres hoy del mundo fresco adorno,
      Pregón de la radiante primavera,
      Sepultas tu poder en el capullo,
      Dulce egoísta que malgasta ahorrando.

      Del mundo ten piedad: que tú y la tumba,
      Ávidos, lo que es suyo no devoren.
    Arriba

    Déjame confesar que somos dos
      (Traducción de Manuel Mújica Láinez)

      Déjame confesar que somos dos
      Aunque es indivisible el amor nuestro,
      Así las manchas que conmigo quedan
      He de llevar yo solo sin tu ayuda.

      No hay más que un sentimiento en nuestro amor
      Si bien un hado adverso nos separa,
      Que si el objeto del amor no altera,
      Dulces horas le roba a su delicia.

      No podré desde hoy reconocerte
      Para que así mis faltas no te humillen,
      Ni podrá tu bondad honrarme en público
      Sin despojar la honra de tu nombre.

      Mas no lo hagas, pues te quiero tanto
      Que si es mío tu amor, mía es tu fama.
    Arriba

    Derrochador de encanto, por qué gastas
      (Traducción de Manuel Mújica Láinez)

      Derrochador de encanto, ¿por qué gastas
      En ti mismo tu herencia de hermosura?
      Naturaleza presta y no regala,
      Y, generosa, presta al generoso.

      Luego, bello egoísta, ¿por qué abusas
      De lo que se te dio para que dieras?
      Avaro sin provecho, ¿por qué empleas
      Suma tan grande, si vivir no logras?

      Al comerciar así sólo contigo,
      Defraudas de ti mismo a lo más dulce.
      Cuando te llamen a partir, ¿qué saldo
      Podrás dejar que sea tolerable?

      Tu belleza sin uso irá a la tumba;
      Usada, hubiera sido tu albacea.
    Arriba

    El pecado de amarme se apodera
      (Traducción de Manuel Mújica Láinez)

      El pecado de amarme se apodera
      De mis ojos, de mi alma y de mí todo;
      Y para este pecado no hay remedio
      Pues en mi corazón echó raíces.

      Pienso que es el más bello mi semblante,
      Mi forma, entre las puras, la ideal;
      Y mi valor tan alto conceptúo
      Que para mí domina a todo mérito.

      Pero cuando el espejo me presenta,
      Tal cual soy, agrietado por los años,
      En sentido contrario mi amor leo
      Que amarse siendo así sería inicuo.

      Es a ti, otro yo mismo, a quien elogio,
      Pintando mi vejez con tu hermosura.
    Arriba

    El soliloquio de Hamlet
      (Traducción de Rafael Pombo)

      ¡Ser, o no ser, es la cuestión! -¿Qué debe
      Más dignamente optar el alma noble
      Entre sufrir de la fortuna impía
      El porfiador rigor, o rebelarse
      Contra un mar de desdichas, y afrontándolo
      Desaparecer con ellas?

      Morir, dormir, no despertar más nunca,
      Poder decir todo acabó; en un sueño
      Sepultar para siempre los dolores
      Del corazón, los mil y mil quebrantos
      Que heredó nuestra carne, ¡quién no ansiara
      Concluir así!

      ¡Morir... quedar dormidos...
      Dormir... tal vez soñar! -¡Ay! allí hay algo
      Que detiene al mejor. Cuando del mundo
      No percibamos ni un rumor, ¡qué sueños
      Vendrán en ese sueño de la muerte!
      Eso es, eso es lo que hace el infortunio
      Planta de larga vida. ¿Quién querría
      Sufrir del tiempo el implacable azote,
      Del fuerte la injusticia, del soberbio
      El áspero desdén, las amarguras
      Del amor despreciado, las demoras
      De la ley, del empleado la insolencia,
      La hostilidad que los mezquinos juran
      Al mérito pacífico, pudiendo
      De tanto mal librarse él mismo, alzando
      Una punta de acero? ¿quién querría
      Seguir cargando en la cansada vida
      Su fardo abrumador?...

      Pero hay espanto
      ¡Allá del otro lado de la tumba!
      La muerte, aquel país que todavía
      Está por descubrirse,
      País de cuya lóbrega frontera
      Ningún viajero regresó, perturba
      La voluntad, y a todos nos decide
      A soportar los males que sabemos
      Más bien que ir a buscar lo que ignoramos.
      Así, ¡oh conciencia!, de nosotros todos
      Haces unos cobardes, y la ardiente
      Resolución original decae
      Al pálido mirar del pensamiento.
      Así también enérgicas empresas,
      De trascendencia inmensa, a esa mirada
      Torcieron rumbo, y sin acción murieron.
    Arriba

    Extenuado, hacia el lecho me apresuro
      (Traducción de Manuel Mújica Láinez)

      Extenuado, hacia el lecho me apresuro
      A calmar mis fatigas de viajero,
      Pero empieza en mi ánimo otro viaje,
      Cuando acaban del cuerpo las faenas.

      Porque mis pensamientos, alejándose
      En tu busca, celosos peregrinos,
      De mis párpados abren el agobio
      A la tiniebla que los ciegos miran.

      Sólo que mi visión imaginaria
      Trae tu sombra hasta mis ojos ciegos,
      Como un joyel que cuelga de la noche
      Y el rostro oscuro le rejuvenece.

      Así, por ti y por mí, nunca reposan
      De día el cuerpo y a la noche el alma.
    Arriba

    He visto a la mañana en plena gloria
      (Traducción de Manuel Mújica Láinez)

      He visto a la mañana en plena gloria
      Los picos halagar con su mirada,
      Besar con su oro las praderas verdes
      Y dorar con su alquimia arroyos pálidos;

      Y luego permitir el paso oscuro
      De fieros nubarrones por su rostro,
      Y ocultarlo a la tierra abandonada
      Huyendo hacia occidente sin ventura.

      Así brilló mi sol, un día, al alba,
      Sobre mi frente, con triunfal belleza;
      Una hora no más lo he poseído
      Y hoy me lo esconden las aéreas nubes.

      No desdeñes mi amor: si el sol del cielo
      Se eclipsa, han de velarse los del mundo.
    Arriba

    Las horas que gentiles compusieron
      (Traducción de Manuel Mújica Láinez)

      Las horas que gentiles compusieron
      Tal visión para encanto de los ojos,
      Sus tiranos serán cuando destruyan
      Una belleza de suprema gracia:

      Porque el tiempo incansable, en torvo invierno,
      Muda al verano que en su seno arruina;
      La savia hiela y el follaje esparce
      Y a la hermosura agosta entre la nieve.

      Si no quedara la estival esencia,
      En muros de cristal cautivo líquido,
      La belleza y su fruto morirían

      Sin dejar ni el recuerdo de su forma.
      Mas la flor destilada, hasta en invierno,
      Su ornato pierde y en perfume vive.
    Arriba

    Los corazones que supuse muertos
      (Traducción de Manuel Mújica Láinez)

      Los corazones que supuse muertos
      Pues me faltaban, a tu pecho ocupan;
      En él reinan amor y sus virtudes
      Y los amigos que creí enterrados.

      ¡Cuánta lágrima pía de mis ojos
      Robó el amor leal por esos muertos
      Que no son más que seres que han cambiado
      De lugar y que yacen en ti ocultos!

      Tú eres la tumba donde vive amor;
      De mis amores los trofeos te ornan;
      Cada uno te dio mi parte suya
      Y ahora es tuyo el bien que fue de muchos.

      Veo en ti las imágenes que amé:
      Soy tuyo entero pues las tienes todas.
    Arriba

    Mella, Tiempo voraz, del león las garras
      (Traducción de Manuel Mújica Láinez)

      Mella, Tiempo voraz, del león las garras,
      Deja a la tierra devorar sus brotes,
      Arranca al tigre su colmillo agudo,
      Quema al añoso fénix en su sangre.

      Mientras huyes con pies alados, Tiempo,
      Da vida a la estación, triste o alegre,
      Y haz lo que quieras, marchitando al mundo
      Pero un crimen odioso te prohíbo:

      No cinceles la frente de mi amor,
      Ni la dibujes con tu pluma antigua;
      Permite que tu senda siga, intacto,
      Ideal sempiterno de hermosura.

      O afréntalo si quieres, Tiempo viejo:
      Mi amor será en mis versos siempre joven.
    Arriba

    Mi amor es una fiebre que incesante
      (Traducción de Rafael Pombo)

      Mi amor es una fiebre que incesante
      Ansía lo que su virus alimenta,
      Porque en mi mal mi gusto se apacienta
      Y es por sí enfermo el apetito amante.

      Ya, viendo mi doctor (la vigilante
      Razón) que no haga del caso ni cuenta,
      Me abandonó, y el ánima sedienta
      Corre a su abismo, aunque lo ve adelante.

      Salvación para mí, ni la hay ni la quiero:
      Todo yo soy locura, inquietud, ira;
      Loco en cuanto imagino y vocifero,
      Y víctima infeliz de una mentira

      Te juré honrada y franca; y mi amor tierno
      ¿Qué halló en ti? Noche oscura, negro infierno.
    Arriba

    Mira a tu espejo, y a tu rostro dile
      (Traducción de Manuel Mújica Láinez)

      Mira a tu espejo, y a tu rostro dile:
      Ya es tiempo de formar otro como éste.
      Si no renuevas hoy su lozanía,
      Al mundo engañas y a una madre robas.

      ¿Quién es la bella del intacto seno
      Que tu cultivo marital desdeñe?
      Y, ¿quién tan loco para ser la tumba
      De un amor egoísta sin futuro?

      Tu madre encuentra en ti, que eres su espejo,
      La gracia de su abril, su primavera;
      Así, de tu vejez por las ventanas,
      Aunque mustio, verás tu tiempo de oro.

      Mas si pasar prefieres sin memoria,
      Muere solo y tu imagen morirá.
    Arriba

    No creeré en mi vejez, ante el espejo
      (Traducción de Manuel Mújica Láinez)

      No creeré en mi vejez, ante el espejo,
      Mientras la juventud tu edad comparta;
      Sólo cuando los surcos te señalen
      Pensaré que la muerte se aproxima.

      Si toda la hermosura que te cubre
      Es el ropaje de mi corazón,
      Que vive en ti, como en mí vive el tuyo,
      ¿Cómo puedo ser yo mayor que tú?

      Por eso, amor, contigo sé prudente,
      Como soy yo por ti, no por mí mismo;
      Tu corazón tendré con el cuidado
      De la nodriza que al pequeño ampara.

      No te ufanes del tuyo, si me hieres,
      Pues me lo diste para no volverlo.
    Arriba

    No dejes, pues, sin destilar tu savia
      (Traducción de Manuel Mújica Láinez)

      No dejes, pues, sin destilar tu savia,
      Que la mano invernal tu estío borre:
      Aroma un frasco y antes que se esfume
      Enriquece un lugar con tu belleza.

      No ha de ser una usura prohibida
      La que alegra a quien paga de buen grado;
      Y tú debes dar vida a otro tú mismo,
      Feliz diez veces, si son diez por uno.

      Más que ahora feliz fueras diez veces,
      Si diez veces, diez hijos te copiaran:
      ¿Qué podría la muerte, si al partir

      En tu posteridad siguieras vivo?
      No te obstines, que es mucha tu hermosura.
    Arriba

    No me sucede lo que a aquel poeta
      (Traducción de Manuel Mújica Láinez)

      No me sucede lo que a aquel poeta
      Que versifica a una beldad pintada,
      Y al cielo mismo emplea como adorno,
      Midiendo cuánto es bello con su bella;

      Y en henchidas imágenes la acopla
      Al sol, la luna y a las gemas ricas
      Y a las flores de abril y a las rarezas
      Que el aire envuelve en este globo vasto.

      Sincero amante, la verdad escribo.
      Mi amor es tan gentil, podéis creerme,
      Como cualquier hijo de madre, y brilla
      Menos que las candelas celestiales.

      Dejad que digan más los habladores;
      Yo no quiero ensalzar lo que no vendo.
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    No, no aparta a dos almas amadoras
      (Traducción de Miguel Antonio Caro)

      No, no aparta a dos almas amadoras
      Adverso caso ni cruel porfía:
      Nunca mengua el amor ni se desvía,
      Y es uno y sin mudanza a todas horas.

      Es fanal que borrascas bramadoras
      Con inmóviles rayos desafía;
      Estrella fija que los barcos guía;
      Mides su altura, mas su esencia ignoras.

      Amor no sigue la fugaz corriente
      De la edad, que deshace los colores
      De los floridos labios y mejillas.
      Eres eterno, Amor: si esto desmiente

      Mi vida, no he sentido tus ardores,
      Ni supe comprender tus maravillas.
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    No te acongojes más por lo que has hecho
      (Traducción de Manuel Mújica Láinez)

      No te acongojes más por lo que has hecho;
      Fango y espina tienen fuente y rosa;
      A la luna y al sol vela el eclipse;
      Vive el gusano en el capullo suave.

      Todos cometen faltas, yo también
      Pues disculpo con símiles la tuya,
      Y por justificarte me corrompo
      Y excuso tus pecados con exceso.

      A tu yerro sensual le doy mi ayuda;
      De opositor me vuelvo tu abogado
      Y comienzo a pleitear contra mí mismo.
      Tanto el amor y el odio en mí combaten

      Que no puedo dejar de ser el cómplice
      Del ladrón tierno que cruel me roba.
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    Pobre alma, centro de culpable limo
      (Traducción de Manuel Mújica Láinez)

      Pobre alma, centro de culpable limo
      A la que burla, indócil, quien la ciñe,
      ¿Por qué adentro sufrir afán y hambre
      Si pintas lo exterior de alegre lujo?

      Si el contrato es tan breve, ¿por qué gastas
      Ornando tu morada pasajera?
      ¿Tendrá por fin tu cuerpo sustentar
      Al gusano que herede tu derroche?

      Vive, alma, a expensas de tu servidor;
      Que aumenten sus fatigas tu tesoro;
      Y cambia horas de espuma por divinas.
      Sé rica adentro, en vez de serlo afuera.

      Devora tú a la Muerte y no la nutras,
      Pues si ella muere, no podrás morir.
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    Por qué me prometiste un día hermoso
      (Traducción de Manuel Mújica Láinez)

      ¿Por qué me prometiste un día hermoso
      Y a viajar sin mi capa me obligaste,
      Si me dejaste sorprender por nubes
      Que en su bruma ocultaron tu destello?

      No me basta que surjas de la niebla
      Y que la lluvia enjugues en mi rostro,
      Pues no ha de ponderar ninguno el bálsamo
      Que cicatriza pero no remedia.

      Ni tu vergüenza a mi dolor aplaca,
      Ni tu remordimiento a lo perdido:
      Del ofensor la pena poco alivia
      A quien la cruz soporta del agravio.

      Pero tus lágrimas de amor son perlas
      Y su riqueza todo el mal rescata.
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    Pintado por Natura el rostro tienes
      (Traducción de Manuel Mújica Láinez)

      Pintado por Natura el rostro tienes
      De mujer, dueño y dueña de mi amor;
      Y de mujer el corazón sensible
      Mas no mudable como el femenino;

      Tus ojos brillan más, son más leales
      Y doran los objetos que contemplas;
      De hombre es tu hechura, y tu dominio roba
      Miradas de hombres y almas de mujeres.

      Primero te creó mujer Natura
      Y, desvariando mientras te esculpía,
      De ti me separó, decepcionándome,
      Al agregarte lo que no me sirve.

      Si es tu fin el placer de las mujeres,
      Mío sea tu amor, suyo tu goce.
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    Pintores son mis ojos: te fijaron
      (Traducción de Manuel Mújica Láinez)

      Pintores son mis ojos: te fijaron
      Sobre la tabla de mi corazón,
      Y mi cuerpo es el marco que sostiene
      La perspectiva de la obra insigne.

      A través del pintor hay que mirar
      Para encontrar tu imagen verdadera,
      Colgada en el taller que hay en mi pecho
      Al que brindan ventanas tus dos ojos.

      Y observa de los ojos el servicio:
      Los míos diseñaron tu figura,
      Los tuyos son ventanas de mi pecho
      Por las que atisba el sol, feliz de verte.

      Mas algo falta al arte de los ojos:
      Dibujan lo que ven y al alma ignoran.
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    Que los favorecidos por los astros
      (Traducción de Manuel Mújica Láinez)

      Que los favorecidos por los astros
      De honores y de títulos se ufanen;
      Yo, que la suerte priva de esos triunfos,
      Hallo mi dicha en lo que más venero.

      Los favoritos de los grandes príncipes
      Abren al sol sus hojas cual caléndulas,
      Y su orgullo sepultan en sí mismos
      Pues los abate un ceño que se frunce.

      El célebre guerrero laborioso,
      Derrocado una vez tras mil victorias,
      Es del libro de honores suprimido
      Y de su gesta lo demás se olvida.

      Feliz de mí, que amando soy amado,
      Y ni cambiar ni ser cambiado puedo.
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    Quién creerá en el futuro a mis poemas
      (Traducción de Manuel Mújica Láinez)

      ¿Quién creerá en el futuro a mis poemas
      Si los colman tus méritos altísimos?
      Tu vida, empero, esconden en su tumba
      Y apenas la mitad de tus bondades.

      Si pudiera exaltar tus bellos ojos
      Y en frescos versos detallar sus gracias,
      Diría el porvenir: «Miente el poeta,
      Rasgos divinos son, no terrenales».

      Desdeñarían mis papeles mustios,
      Como ancianos locuaces, embusteros;
      Métrico exceso de un antiguo canto.
      Mas si entonces viviera un hijo tuyo,

      Mi rima y él dos vidas te darían.
      Para darla a la muerte y los gusanos.
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    Señor del amor mío, cuyo mérito
      (Traducción de Manuel Mújica Láinez)

      Señor del amor mío, cuyo mérito
      Obliga mi homenaje de vasallo,
      Te envío esta embajada manuscrita,
      Mi devoción probando y no mi ingenio.

      Grande es mi devoción: mi pobre espíritu
      La muestra sin ropaje de vocablos
      Y espera, aunque desnuda, que en tu alma
      Le dé tu comprensión sutil albergue;

      Hasta que el astro que mi andanza guía
      Me señale con brillo favorable,
      Y al ornar mis andrajos amorosos
      Haga que yo merezca que me mires.

      Así podré exhibir mi amor ufano,
      Pero hasta entonces rehuiré la prueba.
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    Si a mis días colmados sobrevives
      (Traducción de Manuel Mújica Láinez)

      Si a mis días colmados sobrevives,
      Y cuando esté en el polvo de la Muerte
      Una vez más relees por ventura
      Los inhábiles versos de tu amigo,

      Con lo mejor de tu época compáralos,
      Y aunque todas las plumas los excedan,
      Guárdalos por mi amor, no por mis rimas,
      Superadas por hombres más felices.

      Que tu amor reflexione: "Si su Musa
      Crecido hubiera en esta edad creciente,
      Frutos más caros a su edad le diera,
      Dignos de incorporarse a tal cortejo:

      Pero ha muerto; en poetas más notables
      Estilo buscaré y en él amor".
    Arriba

    Si la muerte domina al poderío
      (Traducción de Manuel Mújica Láinez)

      Si la muerte domina al poderío
      De bronce, roca, tierra y mar sin límites,
      ¿Cómo le haría frente la hermosura
      Cuando es más débil que una flor su fuerza?

      Con su hálito de miel, ¿podrá el verano
      Resistir el asedio de los días,
      Cuando peñascos y aceradas puertas
      No son invulnerables para el Tiempo?

      ¡Atroz meditación! ¿Dónde ocultarte,
      Joyel que para su arca el Tiempo quiere?
      ¿Qué mano detendrá sus pies sutiles?
      Y, ¿quién prohibirá que te despojen?

      Ninguno a menos que un prodigio guarde
      El brillo de mi amor en negra tinta.
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    Tiempo, no has de jactarte de mis cambios
      (Traducción de Manuel Mújica Láinez)

      Tiempo, no has de jactarte de mis cambios:
      Alzas con nuevo brío tus pirámides
      Y no son para mí nuevas ni extrañas
      Sino aspectos de formas anteriores.

      Por ser corta la vida, nos sorprende
      Lo antiguo que reiteras y que impones,
      Cual si fuera lo nuevo que deseamos
      Y si no conociéramos su historia.

      Os desafío a ti y a tus anales;
      No me asombran pasado ni presente,
      Pues tus anales y lo visto engañan
      Al transformarse mientras te apresuras.

      Por mí, te juro que he de ser constante
      A pesar de tu hoz y de ti mismo.
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    Tu capricho y tu edad, según se mire
      (Traducción de Manuel Mújica Láinez)

      Tu capricho y tu edad, según se mire,
      Provocan tus defectos o tu encanto;
      Y te aman por tu encanto o tus defectos,
      Pues tus defectos en encanto mudas.

      Lo mismo que a la joya más humilde
      Valor se da en los dedos de una reina,
      Se truecan tus errores en verdades
      Y por cosa legítima se tienen.

      ¡Cómo engañara el lobo a los corderos,
      Si en cordero pudiera transformarse!
      Y ¡a cuánto admirador extraviarías,
      Si usaras plenamente tu prestigio!

      Mas no lo hagas, pues te quiero tanto
      Que si es mío tu amor, mía es tu fama.
    Arriba

    Tu pecho está cargado con todos los corazones
      (Traducción de Manuel Mújica Láinez)

      Tu pecho está cargado con todos los corazones,
      Que yo supuse, en mi ignorancia, muertos;
      Y allí reina el Amor con todas sus amantes partes
      Y todos los amigos que yo creía extintos.

      Cuántas sagradas y obsequiosas lágrimas
      Extrajo de mis ojos el amor religioso
      En interés de los muertos, que aparecen ahora
      Como cosas remotas que en ti yacen ocultas!

      Tú eres la tumba en que el amor sepulto ahora vive,
      Adornado con los trofeos de mis amores idos,
      Que todas sus partes de mí a ti te dieron,

      Pues ese haber de muchos es tuyo ahora solo:
      Sus imágenes que amé las veo en ti
      Y tú, con todos ellos, lo tienes todo del total de mí.
    Arriba

    Unos se vanaglorian de la estirpe
      (Traducción de Manuel Mújica Láinez)

      Unos se vanaglorian de la estirpe,
      Del saber, el vigor o la fortuna;
      Otros, de la elegancia extravagante,
      O de halcones, lebreles y caballos;

      Cada carácter un placer comporta
      Cuya alegría a las demás excede;
      Pero estas distinciones no me alcanzan
      Pues tengo algo mejor que las incluye.

      En altura, tu amor vence al linaje;
      En soberbia al atuendo; al oro en fausto;
      En júbilo al de halcones y corceles.
      Teniéndote, todo el orgullo es mío.

      Mi única miseria es que pudieras
      Quitarme todo y en miseria hundirme.
    Arriba

    Ve si en oriente la graciosa luz
      (Traducción de Manuel Mújica Láinez)

      ¡Ve! si en oriente la graciosa luz
      Su cabeza flamígera levanta,
      Los ojos de los hombres, sus vasallos,
      Con miradas le rinden homenaje.

      Y mientras sube al escarpado cielo,
      Como un joven robusto en su edad media,
      Lo siguen venerando las miradas
      Que su dorada procesión escoltan.

      Pero cuando en su carro fatigado
      Deja la cumbre y abandona al día,
      Apártanse los ojos antes fieles,
      Del anciano y su marcha declinante.

      Así tú, al declinar sin ser mirado,
      Si no tienes un hijo, morirás.
    Arriba

    Y por qué no es tu guerra más pujante
      (Traducción de Manuel Mújica Láinez)

      ¿Y por qué no es tu guerra más pujante
      Contra el Tirano tiempo sanguinario;
      Y contra el decaer no te aseguras
      Mejores medios que mi rima estéril?

      En el cenit estás de horas risueñas.
      Los incultos jardines virginales
      Darían para ti vivientes flores,
      A ti más semejantes que tu efigie.

      Tendrías vida nueva en vivos trazos,
      Pues ni mi pluma inhábil ni el pincel
      Harán que tu nobleza y tu hermosura
      Ante los ojos de los hombres vivan.

      Si a ti mismo te entregas, quedarás
      Por tu dulce destreza retratado.
    Arriba